Suerte tienen las personas que
saben con certeza que vinieron a este mundo a cumplir un propósito, que su vida
tiene un sentido, andan viviendo sin esa incisiva duda que corroe el alma y los
pensamientos, saben a ciencia cierta que suman o restan; yo no era de esas
personas, soy una persona dudosa, mi formación académica me ha enseñado a
cuestionar todo y esta duda sobre si yo tenía o no un propósito, sobre si mi vida
tenía sentido, se metió tanto en mi ser en mi cabeza en mi subconciente que se
convirtió en mi única pregunta existencial pues las otras estaban condicionadas
a si esta era positiva o negativa y la respuesta siempre era la misma “No” no tienes un propósito en la vida, tu vida no
tiene sentido, no tenía experiencias empíricas que me lo demostraran.
Hasta hace unas semanas, algo
paso, tome una decisión basada en el desespero, basada en el egoísmo, basada en
la idea que yo no sumaba ni restaba en la vida de las personas ni en el mundo,
tome como excusa problemas triviales los magnifique y los convertí en mis
razones en mis pretextos para huirle a un mundo en el que no tenía cabida, para
huirle a una vida sin sentido; termine tomándome setenta pastas para dormir y
no despertar nunca más, a pesar de que fue una mala decisión si fue muy
planificada, investigue cuanta cantidad de este medicamento tenía que tomar
para que su ingesta fuera mortal, planee el día exacto que las tomaría, un
viernes en la tarde, debido a que los sábados no trabajaba y nadie preguntaría
porque no despertaba aun, hasta que fuera tarde, hasta que la medicina ya
hubiesen cometido su propósito, planee todo para que el único resultado fuera
morir, pero no.
La vida, el destino, alá, buda,
dios, la madre naturaleza, en realidad no sé quien o que o por qué pero a pesar
de la planeación de la cantidad de medicina que tome de lo mucho que quería morir,
estaba viva y bien, sin ninguna complicación, sin ningún efecto segundario
importante.
Esto fue decisivo en mi forma de
ver el mundo, en la forma de ver mi vida, está era la experiencia empírica que
necesitaba ahora era claro para mí que a pesar de todo lo que pensaba a pesar
de todos mis sentimientos a pesar de todas mis dudas la única conclusión
racional que podía sacar de esta experiencia es que estoy en el mundo por algo ¿Qué
es? No lo sé.
Este evento ha puesto muchos
matices a mi existencia, no puedo decir que soy una persona diferente, sigo
siendo la misma con la misma oscuridad dentro de mí, pero ahora huir no es una opción
racional ahora la única opción racional el pelear, afrontar todos estos pensamientos
todas la dudas con la firme certeza de
que no me vencerán otra vez.
Me queda como tarea seguir sanándome
afrontando los problemas sin convertirlos en pretextos para mis emociones
negativas e intentando darle respuesta a la nueva pregunta existencial.
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